Gibeau Orange Julep

Las naranjas pueden utilizarse para muchas cosas: son una fruta deliciosa que endulza nuestros postres y da toque especial a nuestros guisos; están llenas de vitaminas y nutrientes que hacen que su zumo sea el perfecto compañero para empezar el día; gracias a sus propiedades medicinales son una auténtica arma defensiva frente a catarros y otras dolencias; y su estética y todo lo que las rodea ha inspirado a decenas de artistas que las han incluido en bodegones y cuadros. Pero, ¿puede una naranja convertirse en “musa” de un arquitecto? ¿Es posible construir un edificio teniendo como principal referencia las formas y colores de las naranjas?

La realidad es que sí y el ejemplo más claro es el Gibeau Orange Julep de Montreal, cuya forma está inevitablemente inspirada en la naranja. De hecho, son muy pocos los que conocen el nombre real de este restaurante, al que popularmente todo el mundo se refiere como “la gran naranja”.

El Gibeau Orange Julep es una gran esfera de tres plantas de altura y unos 15 metros de diámetro. Su construcción fue ideada en el año 1932 por Hermas Gibeau, quien decidió poner en pie un local para vender su bebida original de naranja. Desde luego el concepto era muy claro y no dejaba lugar a equívocos. La construcción del edificio de dos plantas finalizó en 1945. En la primera estaba el restaurante y, en la segunda, la vivienda familiar. Años después, en 1966, el local fue ampliado,  se revistió el exterior para darle un tono completamente naranja y se instaló un sistema de iluminación para que la naranja gigante pudiera llamar la atención tanto de día como de noche.

Hoy, casi cuarenta años después de la ampliación que convirtió al Gibeau Orange Julep en uno de los puntos de atención de la Quebec Autoroute 15 (todo el mundo se sorprende al ver una naranja de tales dimensiones desde la carretera), éste sigue sirviendo su bebida a base de naranja y, aunque durante un tiempo las naranjas gigantes se extendieron (se abrieron otros restaurantes más pequeños en el área metropolitana de Montreal) llegando a ser algo parecido a un símbolo como en nuestras carreteras lo fueron los toros de Osborne,  por desgracia en la actualidad ésta es la única  que sigue en pie.

¿Crees que éste es el único edificio del mundo que está inspirado en las naranjas?

Si piensas eso estás equivocado. Hay otra construcción muy importante y reconocible que también se inspira en nuestra fruta favorita, aunque no en su forma exterior sino en la interior: se trata de la Ópera de Sidney, que comenzó a construirse en el año 1958 y que fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 2007. El arquitecto danés Jørn Utzon, diseñador de este monumental y complejo edificio, aseguró que la idea para dar forma a su proyecto surgió al pelar una naranja y ver el curioso entramado de puntas y picos que formaban sus gajos. 

Inspirado en la naranja o no lo cierto es que la Opera House de Sidney es uno de los edificios emblemáticos de su ciudad y de su país y también uno de los más visitados: un 60% de los norteamericanos y hasta un 97% de los chinos aseguran querer visitar Australia con el propósito principal de contemplarla esta “naranja desnuda” en vivo.

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