naranjas de valencia

¿Quién tuvo la idea de comercializar las naranjas de Valencia? ¿Dónde se localizan las primeras plantaciones de naranjas en nuestra comunidad? ¿Cuándo surgieron los primeros exportadores de naranjas? ¿Hasta qué punto ha influido la naranja y la citricultura en la vida popular y social de los valencianos? Hoy dedicamos un post a algunos de los hitos relacionados con las naranjas de Valencia y su cultivo. Algunas de estas historias y anécdotas son muy curiosas.

El padre Monzó y los naranjos de Bassa de Rei

Aunque parezca complicado “rastrear” el origen de la explotación comercial de naranjas en Valencia hay documentos que nos refieren a unas personas, unos hechos y unos lugares muy concretos. El momento a principios de los años ochenta del siglo XVIII (concretamente, en 1781); el lugar, Bassa del Rei, en la partida de Carcaixent (en la comarca valenciana de la Ribera alta) y los nombres los de tres hombres “ilustres” de la localidad: el cura (el padre Monzó), el boticario (apellidado Bodí) y un escribano (Maseres).

Los tres llevaron a cabo el experimento de crear la primera plantación / explotación de naranjas. Los naranjos hasta ese momento tenían una función sobre todo decorativa y se plantaban en jardines o para delimitar terrenos. Sin embargo la experiencia resultó todo un éxito por las posibilidades que ofrecía el terreno y por la calidad de los frutos. A partir de entonces la plantación y recolección de naranjas se convirtió en una de las actividades productivas que más beneficios comerciales y económicos daría a Valencia: las naranjas de Valencia estaban destinadas a convertirse en el motor económico de estas tierras.

Naranjas: de Valencia al resto del mundo

El siglo XIX supuso la eclosión del cultivo y la exportación de naranjas de Valencia. El éxito de la plantación de Bassa del Rei hizo que pronto el cultivo de naranja se extendiera por todo el litoral valenciano. El “destino” también puso algo de su parte: mientras el cultivo de naranjas y cítricos se iba popularizando descendía el de moras y el de cereales, hasta ahora una de las principales actividades agrícolas de Valencia. Esto coincidió con la crisis agraria de finales del siglo XIX (1880 -1914), que afectó mucho al precio del vino (cayó considerablemente) y, por lo tanto, al cultivo de la vid. A partir de entonces los cítricos, especialmente las naranjas, se convirtieron en el cultivo primordial de los campos valencianos. Artistas como Sorolla y Benlliure o el escritores como Blasco Ibáñez se hicieron eco de este nuevo devenir de la agricultura valenciana en muchas de sus obras.

Con la popularización del cultivo de naranjos en Valencia gracias a la riqueza de nuestras tierras de regadío hubo que buscar nuevos mercados. Al igual que sucedía con otros productos (como por ejemplo, los cereales) cuyos precios cayeron en el resto de Europa, comenzaron a importarse productos a España abriéndose nuevas líneas comerciales que permitían que nuestros productos salieran también al exterior. Gracias a la agilidad e infraestructuras de los puertos de Denia, Gandía y Valencia nos convertimos en exportadores de naranjas al resto del mundo.

La “tristeza” de las naranjas y la llegada de nuevas variedades

Durante varias décadas países como Holanda, Francia y Gran Bretaña disfrutaron de las naranjas de Valencia. Hubo un “bajón” debido a la I Guerra Mundial y a las consecuencias de este conflicto pero pasada la crisis, en los años 30, la exportación de naranjas de Valencia vivió una época dorada alcanzando máximos históricos. Tras la Guerra Civil Española (1936-1939) y la II Guerra Mundial (1939-1945) en los años 50 y 60 la exportación de naranjas volvió a situarse en un punto álgido. La situación de bonanza para cultivadores y exportadores de naranjas se mantuvo hasta el año 1968. Ese año, una plaga, llamada popularmente “la tristeza”, afectó a más de un millón de naranjos causando estragos en el sector.

En los años 70 nuevas variedades se instalaron en los campos de naranjas de Valencia. Distintas variedades de mandarinas (clementinas y satsumas, por ejemplo) supusieron un nuevo impulso para el sector agrícola de Valencia y abrieron sus productos y, por lo tanto, su mercado. Un dato muy significativo: en los años 80 el cultivo de mandarinas de Valencia suponía el 40% de las cosechas en nuestros campos.

Retos para el siglo XXI

En la actualidad uno de los retos de los agricultores ser, a la vez, exportadores de naranjas y fomentar el consumo nacional de las naranjas de Valencia. El reto no es fácil, pero también es cierto que ante la competencia de precios (descompensación entre precio de origen y venta al público) tenemos un valor añadido: la gran calidad y sabor de las naranjas de Valencia. Además, en nuestros campos cada vez se apuesta más por el cultivo sostenible de naranjas sin renunciar a la tecnología, sobre todo a Internet, que ha contribuido a crear un modelo de comercialización y distribución de las naranjas de Valencia.

En Arare somos exportadores de naranjas y no renunciamos a nuestros orígenes. Por eso ofrecemos un producto de primera calidad para que puedas saborear tus naranjas de Valencia con el mismo sabor que el de tus abuelos estés donde estés.